sábado, enero 30, 2010

¿Conoces tus límites? - Merche Pasamontes

¿Conoces tus límites?

Vamos a diferenciar desde el primer momento dos palabras, que bajo mi punto de vista esconden dos realidades distintas (aunque sea a efectos prácticos, ya que etimológicamente están muy próximas):

- Límites: definidos como punto o grado, término que no puede rebasarse. Para ellos tomaremos como referencia la frase de la PNL: Los únicos límites son los de mi mapa mental.

- Limitaciones: Impedimento, defecto o restricción que reduce las posibilidades o la amplitud de algo.

Ya se que la distinción se aguanta por los pelos, pero me sirve al fin que persigo con esta entrada (no pretendo entrar en la RAE!!).

Juan Manuel Montilla, más conocido como ´Langui´, es rapero, actor y radiofonista. Todo esto que ha conseguido podría parecernos como algo alcanzable si no sabemos que Langui sufre de parálisis cerebral desde su nacimiento. Y no, no voy a tener una mirada compasiva de “pobrecito” , pues se que Langui se merece algo mucho mejor que eso por lo que cito sus palabras:

No es usted mal ejemplo para los flojos de espíritu.

Pues me alegro. Hay algo que me gusta repetir: “No puedes cambiar el mundo, de acuerdo, ¡pero sí puedes cambiar tu actitud!”.

¿Y qué actitud propone?

Alegría, buen humor. La vida está plagada de miserias, ¡pero es la vida!: un regalo. Estamos aquí, así que aprovechémoslo, aprendamos, construyamos algo. Se trata de no quedarse tirado en el sofá: con lo cortita que es la vida…, ¿y encima vas a boicotearla?

¿Cómo se las ha arreglado usted para ligar?

Con la seducción de las miradas, las sonrisas, desbordando complejos, seguro de que alguien sabrá verte por dentro. ¡Mi mujer me ha hecho sentir que para ella yo tengo los andares más bonitos del mundo!

¿Qué enseñará usted a sus hijos?

Alegría, esfuerzo, detalles, ilusión. Y nada de mirar compasivamente al discapacitado.

¿Por qué?

Cuando me compadeces, me minusvaloras. Esa compasión de “pobrecito, angelito, qué mal está” es muy excluyente, supone ver la discapacidad como algo negativo y al discapacitado como alguien enfermo o desgraciado. ¡Esa compasión es una barrera mucho peor que las barreras arquitectónicas!

Creo que sus palabras lo dicen todo. Langui tiene limitaciones físicas (por eso dejó el fútbol) pero no mentales y por eso ha conseguido todo lo que ha conseguido, sin ponerse más limitaciones que las que su cuerpo le obliga a tener. Pero su mente es libre y sin prejuicios y eso le ha permitido hacer lo que realmente deseaba y disfrutar de la vida como el que más.

Texto de Mertxe Pasamontes
En su página http://www.mertxepasamontes.com/¿conoces-tus-limites.html

viernes, enero 22, 2010

QUIEN MANDA EN MI VIDA - Borja Vilaseca (3/01/2010)

¿Quién manda en mi vida?

Una enfermedad, un accidente, una ruptura, un despido, la muerte de un ser querido... Las desgracias pueden, paradójicamente, permitirnos madurar. Todo depende de cómo las veamos: como problemas o como oportunidades. Ésta es la primera entrega de una serie de tres reportajes sobre crecimiento personal.

Cuando nuestras circunstancias son insoportables es cuando nos atrevemos a reflexionar y a cambiar
"Te has pasado la vida sin adversario y no sabrás nunca hasta dónde alcanzan tus fuerzas", decía Séneca
Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo la última de sus libertades: su actitud personal frente al destino"
Victimismo, miedo a mirar dentro, evasión esto es insostenible. Nadie puede huir eternamente de sí mismo

Aquel intenso sufrimiento me movió a investigar más profundamente acerca del alma humana.
Así fue como descubrí mi vocación y mi pasión por servir a los demás haciendo lo que amo: compartir mi propia experiencia de transformación.
Desde entonces me siento cada día agradecido de estar vivo. Ya no doy por sentado nada. En eso consiste vivir conscientemente: en valorar lo que tienes, aprovechar lo que te sucede y disfrutar de cada momento. Para mí, la vida es un regalo maravilloso, una oportunidad para aprender a ser feliz por mí mismo y aceptar y amar a los demás. Ése es el verdadero camino espiritual. Doy gracias a la adversidad y al sufrimiento porque me han permitido descubrir el sentido de la vida".

Ahora mismo, en este preciso momento, somos el resultado de las experiencias que hemos vivido a lo largo de nuestra vida. O más concretamente, de cómo las hemos interpretado y de la actitud que hemos tomado frente a ellas.
Las peores experiencias, las más difíciles de afrontar, son precisamente las que más nos posibilitan evolucionar y madurar como seres humanos. Todo depende de cómo las veamos: como problemas con los que quejarnos y victimizarnos o como oportunidades de superación y aprendizaje.

Por eso se dice que no hay mejor maestro que la adversidad. Aunque suela vivirse como un proceso difícil, incómodo y doloroso, muchas personas reconocen que gracias a sus conflictos existenciales han conectado con una fortaleza interior que desconocían. Y no sólo eso. En ocasiones, la experiencia del sufrimiento y el malestar les ha llevado a replantearse por completo su vida; a cuestionarse sus creencias y sus valores, y a cambiar así su manera de ver y de relacionarse con el mundo.

Este enfoque más constructivo y optimista no tiene nada de nuevo. Se trata de un mensaje universal que se repite desde hace miles de años.
Al menos hasta que nuestras circunstancias devienen insoportables. Sólo entonces nos atrevemos a reflexionar y a promover algún cambio en nuestra forma de afrontar la existencia.

Gracias a la enfermedad comprendí que la paz interior es el indicador más fiable de que estoy viviendo de forma sana, equilibrada y sostenible. Y que no hay nada más importante que aprender a disfrutar del momento presente. El cáncer me llevó a redescubrir la vida. Me renovó espiritualmente, dándome fuerzas para hacer algo útil e inspirador.

Era esclavo de mis propios miedos e inseguridades. Mi profundo cambio interno comenzó a raíz de una serie de experiencias relacionadas con el voluntariado, el viajar solo y la meditación vipassana. El autoconocimiento me llevó a descubrir mis valores como ser humano. Conecté con la confianza de creer en mí mismo y el coraje de seguir mi propio camino en la vida. Mi mayor victoria fue vencerme a mí mismo y superar mis temores e inseguridades. Desde que sé quién soy intento inspirar a los demás a confiar en su fortaleza interior para ser libres de sus miedos y convertirse en quienes pueden llegar a ser".

“Pero también me enseñó una lección que nunca olvidaré: cualquier ser humano es capaz de soportar y superar su destino, sea el que sea. Nunca más en mi vida he vuelto a tener problemas. Desde entonces acepto la vida tal como me viene".

"Descubrí que llevaba años desconectada de mi corazón, de lo que verdaderamente sentía que quería hacer con mi vida. Y esto era algo que el dinero no podía arreglar. He aprendido a respetarme, siendo fiel y auténtica conmigo misma, más allá de los estereotipos y convenciones sociales. No hay nada más liberador que quitarse la máscara y ser uno mismo, viviendo conectado con tu verdadera esencia".

"Quería seguir mi propio camino en la vida, pero a la vez sentía que no podía defraudar a mi familia. Por dentro estaba dividida. Y esta confusión me convirtió en prisionera de mi reactividad y de mi agresividad. Poco a poco, la ira me fue devorando hasta que al final me hundí. Pero fue ese hundimiento el que me hizo reconectar con mi fortaleza. He estado muchos años luchando contra mí misma para demostrar que puedo con todo y más. Gracias a la adversidad he comprendido que no puedo cambiar ni controlar lo que me sucede. He tomado consciencia de que lo que sí depende de mí es aprender a modificar la interpretación que hago de los hechos en sí, tomando una actitud y una conducta más armoniosas y pacíficas. Al aceptar mi vulnerabilidad he conectado con mi paz interior. Ya no vivo a la defensiva. Por eso ya no me escondo siempre tras una coraza, dejando que aflore mi lado más tierno. Todavía me maravillo con el hondo afecto que me han regalado las personas de mi círculo más íntimo. Aprender a perdonarme a mí misma y a los demás me está liberando de ese peligroso veneno llamado rencor. Gracias a todo este proceso he descubierto que, independientemente de cómo sean nuestras circunstancias, todos tenemos el increíble poder de ser dueños y creadores de lo que experimentamos en nuestro interior".

“La vida me ha dado la oportunidad de pasar a través de la noche oscura del alma a una nueva tierra, de obtener una visión y una compresión totalmente diferentes. A pesar del dolor y de la gran dificultad que me genera, la discapacidad física ha sido una bendición. He necesitado sufrir para empezar a comprometerme con la paz y con la no violencia".


La idea de "aprender de la adversidad" fue creada por el estoicismo, cuyos orígenes se remontan al año 301 antes de Cristo. Por aquel entonces, las personas aquejadas por una dolorosa enfermedad solían desplazarse hasta el corazón de Atenas para escuchar a Zenón de Citio, fundador de esta escuela de filosofía. Los historiadores coinciden en que fue uno de los primeros gurús especializados en desarrollo personal. Sus enseñanzas se centraban en dotar a las personas de recursos y herramientas para enfrentarse a sus conflictos y problemas. Zenón de Citio solía explicar que la vida es una escuela y que los seres humanos somos estudiantes que hemos venido a ella a aprender. De ahí que sus charlas y discursos fueran esencialmente didácticos, compartiendo una serie de directrices muy prácticas para que sus seguidores mejoraran su competencia en el arte de vivir.
Según el estoicismo, los seres humanos debemos agradecer los infortunios que forman parte de nuestro destino, pues sólo así podemos desarrollar la virtud y la fortaleza. Para los estoicos, la vida no está gobernada por la suerte, el azar, ni las coincidencias. No creen en la casualidad, sino en la causalidad. Es decir, que todos los sucesos que componen nuestra existencia están regidos por la "ley de la causa y el efecto", por la que terminamos por recoger lo que sembramos, eliminando toda posibilidad de caer en las garras del inútil y peligroso victimismo. Eso sí, la recompensa de asumir dicha responsabilidad y de esforzarnos por cambiar de actitud es la ataraxia o imperturbabilidad interior frente a las circunstancias desfavorables. Esta sólida paz interior se consigue por medio del entrenamiento y la práctica diarios. De ahí que estos filósofos clásicos insistan en que la fuerza de voluntad sea un requisito indispensable para vencernos a nosotros mismos y conseguir los resultados de satisfacción deseados.


Entre los principales exponentes del estoicismo destaca el filósofo Lucio Anneo Séneca (4 a. C - 65 d. C). La fuerza que desprenden sus reflexiones se sustenta en que están inspiradas en su propia experiencia. Séneca estuvo siempre en contacto con el dolor, sobre todo debido al asma que padecía desde su infancia.
En su obra maestra, Tratados morales, Séneca le escribe una carta a su discípulo Lucilo sobre cómo encajar los golpes que nos da la vida: "Vivir siempre en la comodidad y pasar sin una pena en el alma es ignorar la otra mitad de la naturaleza. Afirmas ser un gran hombre, pero ¿cómo lo podré saber si la fortuna no te brinda la ocasión de mostrar tu virtud? Te juzgo desdichado por no haber sido nunca desdichado. Te has pasado la vida sin adversario: ni siquiera tú mismo sabrás nunca hasta dónde alcanzan tus fuerzas. La experiencia es necesaria para el conocimiento propio".
Si bien a corto plazo puede parecer una actitud masoquista, Séneca era consciente del enorme potencial que cada ser humano puede desarrollar dentro de sí mismo, estrechamente relacionado con su capacidad de crecer emocionalmente. De ahí que este filósofo sostuviera que "la adversidad es siempre una magnífica ocasión para descubrir y fortalecer nuestras virtudes", teniendo en cuenta que "cuanto mayor sea nuestro tormento (si aprendemos de ello), mayor será nuestra gloria". En la actualidad se habla de "actitud estoica" cuando alguien se toma las adversidades de la vida con entereza y aceptación.


El catedrático de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Viena, Viktor Frankl (1905 - 1997), fue deportado junto al resto de su familia al campo de concentración de Theresienstadt.
Tras ser testigo de la muerte de su padre, y sin saber nada de su esposa y su madre, los soldados nazis le requisaron y rompieron el libro que contenía su larga y exhaustiva investigación profesional. Una vez destruida su obra, Frankl decidió ponerla en práctica, encarando aquella abrumadora experiencia con fortaleza y aceptación.
Finalmente, fue liberado el 27 de abril de 1945 por el ejército norteamericano. Había conseguido sobrevivir al Holocausto, pero en aquellos campos de exterminio fueron asesinados sus padres, su mujer y su hermano, entre otros millones de seres humanos. Al regresar a Viena, Frankl escribió su famoso libro El hombre en busca de sentido, en el que describe la vida de los prisioneros en un campo de concentración desde la perspectiva de una psiquiatra.
En esta obra autobiográfica, Frankl afirma que "incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, los seres humanos preservamos la capacidad de elegir la actitud con la que afrontamos nuestras circunstancias. Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino? para decidir su propio camino. Y es precisamente esta libertad interior y espiritual la que nadie nos puede arrebatar, la que confiere a la existencia una intención y un sentido".
Gracias a Frankl hoy sabemos que "entre el estímulo externo y nuestra consiguiente reacción hay un espacio en el que podemos elegir dar la respuesta que más nos favorezca". De hecho, ese espacio es totalmente nuestro y es el fundamento de la responsabilidad existencial que podemos asumir de forma consciente. Se trata de nuestra libertad última para decidir en cada momento quiénes queremos ser y de qué manera deseamos tomarnos lo que nos sucede.
El concepto contemporáneo que ha tomado el relevo a las investigaciones de Frankl se denomina resiliencia. Y se define como "la capacidad de aprovechar circunstancias adversas para madurar emocionalmente". Es decir, que la resiliencia alude a la posibilidad de aprovechar según qué experiencias para conectar con nuestro espíritu de superación.


Coach (entrenador) personal.
"Vivía por y para los demás. Me dedicaba a cuidar y agradar a quienes me rodeaban, pensando que así me darían el afecto que yo no me estaba dando a mí mismo. Me di cuenta de que el amigo que había estado buscando afuera se encontraba dentro: era yo mismo. Y esta revelación me llevó a aprender a aceptarme y quererme tal como soy. A día de hoy siento que me tengo a mí mismo y me siento lleno de alegría y amor. Y es precisamente esta dicha la que me mueve a acompañar a otras personas en el proceso de cambio y crecimiento interior. Estamos aquí para aprender".
Pero, ¿qué es exactamente lo que cambia cuando una persona cambia? Su paradigma. Se trata de un concepto introducido por el epistemólogo estadounidense Thomas Kuhn (1922-1996) en su influyente ensayo La estructura de las revoluciones científicas, en el que define la palabra “paradigma” como "modelo, teoría, percepción, supuesto o marco de referencia". Es decir, como la manera en la que se ve, se comprende y se actúa en el mundo. El cambio de paradigma suele vivirse como una profunda revelación, como si se produjera un clic en nuestra cabeza. Algunos psicólogos contemporáneos lo denominan "el despertar de la consciencia", pues nos permite vivir desde una nueva comprensión, recuperando el contacto con nuestra esencia humana, con las cosas que de verdad importan.
Entre otros filósofos que han ahondado en el estudio y la comprensión de qué es lo que despierta y engrandece el espíritu humano, destaca el colombiano Gerardo Schmedling (1946-2004), a cuyo juicio, "debido a nuestra resistencia al cambio, sólo nos atrevemos a cuestionar nuestra manera de entender la vida cuando llegamos a una saturación de malestar". Tanto es así, que "el sufrimiento es el estilo más común de aprendizaje entre los seres humanos". Es la antesala de la denominada "crisis existencial", un proceso psicológico que "remueve los cimientos sobre los que se asientan nuestras creencias y nuestros valores, posibilitando la evolución de nuestro nivel de consciencia".
Así, "la función biológica del sufrimiento es hacernos sentir que nuestro sistema de creencias es ineficiente y, por tanto, está obstaculizando nuestra capacidad de vivir en plenitud". Según las conclusiones científicas de Schmedling, "la adversidad y el sufrimiento nos conectan con la necesidad de cambio y evolución". Es decir, "con la honestidad, la humildad y el coraje de ir más allá de las limitaciones con las que hemos sido condicionados por la sociedad para seguir nuestro propio camino en la vida".

En contraposición a estas historias inspiradoras, en las que sus protagonistas evolucionaron gracias a la experiencia de la adversidad, se sabe de muchos otros casos en los que no ocurre lo mismo. ¿Por qué hay personas que no aprenden del sufrimiento? ¿Qué es lo que les impide cambiar? En opinión del doctor en Psicología Manuel Almendro, "el mayor obstáculo es quedarse anclado en el papel de víctima". Este experto constata que "la mayoría de seres humanos viven enajenados de sí mismos, de su mundo interior". Por eso es tan común "el miedo a mirar hacia dentro", así como "la búsqueda de evasión con la que llenar el vacío existencial". Sin embargo, "se trata de una actitud insostenible, pues nadie puede huir eternamente de sí mismo".

A pesar de no llevar una existencia plena, "para muchas personas todavía es superior el miedo al cambio que la necesidad de conectar con la confianza y el coraje que les permitirían salirse de su zona de comodidad", afirma. En este contexto psicológico, "la crisis existencial está convirtiéndose en un fenómeno emergente en el interior de cada vez más seres humanos". Almendro señala que "esta crisis no tiene nada que ver con la edad, la cultura ni la posición social". De hecho, "está latente en cualquier persona que no se sienta verdaderamente satisfecha con su existencia", concluye.
Nadie dijo que vivir fuera fácil. Seguramente nos queden muchas crisis por delante. Eso sí, cuando llegue la próxima podemos optar por vivirla como una oportunidad para comprometernos con nosotros mismos, convirtiéndonos en verdaderos responsables de nuestro proceso de evolución. Los verdaderos héroes no son los que salen en las películas, sino las personas que se han superado a sí mismas, fortaleciéndose a través de las experiencias adversas para encontrar la manera de crear una vida plena, constructiva y con sentido.

BORJA VILASECA 03/01/2010

jueves, enero 21, 2010

No te rindas (MARIO BENEDETTI)

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,

y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.

Porque la vida es tuya

y tuyo también el deseo
porque lo has querido

y porque te quiero.

Porque existe el vino

y el amor, es cierto.

Porque no hay heridas

que no cure el tiempo.

Abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas

que te protegieron.
vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa,
ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.

No te rindas, por favor no cedas,

Aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,

aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo.
Porque ésta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás sola/o.

Porque yo te quiero.

miércoles, enero 20, 2010

ITACA de Konstantinos Kaváfis

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Poseidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Poseidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Hagamos un trato - Mario BENEDETTI (in memoriam)


Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.

Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que delirio;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.


Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.

Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.

No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.

NO TE DETENGAS, WALT WHITMAN

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.

No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.

La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.

Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.

No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.

"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.

Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.

Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida.

La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas...
RITO INDIO - PASO DE NIÑO A HOMBRE

¿Conoces la leyenda del rito de pasaje, de la juventud de los indios Cherokee?

Su padre le lleva al bosque, con los ojos vendados y le deja solo. Él tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la noche y no quitarse la venda hasta que los rayos del sol brillan a través de la mañana.

Él no puede pedir auxilio a nadie. Una vez que sobrevive la noche, él ya es un hombre. Él no puede hablar a los otros muchachos acerca de esta experiencia, debido a que cada chico debe entrar en la masculinidad por su cuenta.

El niño está naturalmente aterrorizado. Él puede oír toda clase de ruidos. Bestias salvajes que rondan a su alrededor. Quizás algún humano le puede hacer daño. Escucha el viento soplar y la hierba crujir, él sentado estoicamente en el tronco, sin quitarse la venda. Ya que es la única manera en que podrá llegar a ser un hombre.

Por último, después de una horrible noche, el sol aparece y al quitarse la venda, es entonces cuando descubre a su padre sentado junto a él. Su padre veló toda la noche, para proteger a su hijo del peligro.

Así, nosotros tampoco estamos nunca solos. Aun cuando no lo sabemos, siempre hay alguien que está velando por nosotros, sentado en un tronco a nuestro lado.
Cuando vienen los problemas, lo que tenemos que hacer es sólo confiar.
LIMPIAR LA VENTANA

Una pareja de recién casados se mudó a un apartamento en un vecindario muy concurrido. La primera mañana en su nuevo hogar, después de haber hecho el café, la joven esposa miró por la ventana y vi. que la vecina colgaba las sábanas para secarlas: “¿Qué sábanas tan sucias! Quizás necesita comprar otro tipo de detergente. Deberla ir a enseñarle cómo lavar apropiadamente”, pensó Cada dos días ella le murmuraba lo mismo a su esposo con desdén, mientras veía a su vecina colgar las ropas sucias desde tempranas horas del día.
Pasado un mes, un mañana la joven esposa vio con sorpresa que su vecina esta colgando las sábanas perfectamente limpias. Ella exclamó:
¿Mira, finalmente aprendió a lavar la ropa, me pregunto quién le habrá enseñado!
Y el marido le contestó:
Bueno, en realidad, mi amor, la única diferencia es que me levanté temprano esta mañana y limpié la ventana
EL BURRO Y EL POZO
Había una vez un burro que vivía en una finca cafetera colombiana.
Trabajaba duro cada día, ayudando al granjero a cargar sus productos.
Un día el burro resbaló con una piedra suelta y cayo en un hoyo profundo.
El granjero y sus trabajadores se agruparon alrededor del hueco y quedaron sorprendidos al ver que el burro había sobrevivido a la caída. Sin embargo, el hoyo era tan profundo y sus paredes tan empinadas e inestables que ninguno de los hombres se atrevía a bajar para salvarlo. Decidieron dejarlo allí hasta que muriera.
Mientras se alejaban, el rebuzno frenético del burro se hizo insoportable y decidieron acabar con su desgracia. Comenzaron a lanzar tierra dentro del hoyo para sepultarlo. Cuando el burro vio la tierra cayendo sobre él se la sacudió un poco, apisonándola en el suelo con las patas. Los campesinos continuaban paleando arena y el burro seguía apisonando con las patas la tierra debajo de él. Poco a poco, la tierra debajo de los cascos del burro comenzó a amontonarse, acercándolo más y más a la boca del hoyo.
Después de un rato, el granjero y sus hombres se dieron cuenta de lo que el hábil burrito estaba haciendo, y comenzaron a palear más y más rápido, ya no para sepultarlo, sino para ayudarlo a subir y salir del hueco. Cuando la tierra se apiló, casi llenando el hueco, el burro subió a la superficie.
DOS LOBOS DENTRO DE NOSOTROS

Un chico joven corre hacia su abuelo.
“¡Abuelo, abuelo, dime cuál es el secreto de la vida!”
En la boca arrugada del anciano se dibuja una sonrisa mientras responde:
“Mi niño, dentro de todos nosotros es como si hubiesen dos lobos luchando. Uno está enfocado en proteger su territorio, en la rabia, la crítica y el resentimiento; es miedoso y controlador. El otro está enfocado en el amor, la alegría y la paz; es travieso y está lleno de aventura.
“Pero abuelo”, exclamó el niño, con sus ojos muy abiertos de curiosidad, “¿Cuál de los lobos va a ganar?”
El anciano le responde: “El que tú alimentes”.

¿Matan las escuelas la creatividad? (2) (subtitulada en español)

¿Matan las escuelas la creatividad? (1) (subtitulada en español)

EL CAMINO DE LA FUENTE

Un aguador de la India tenía sólo dos grandes vasijas que colgaba en los extremos de un palo y que llevaba sobre los hombros.

Una tenía varias grietas por las que se escapaba el agua, de modo que al final de camino sólo conservaba la mitad, mientras que la otra era "perfecta" y mantenía intacto su contenido.

Esto sucedía diariamente. La vasija sin grietas estaba muy orgullosa de sus logros pues se sabía idónea para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba avergonzada de su propia imperfección y de no poder cumplir correctamente su cometido. Así que al cabo de dos años le dijo al aguador:

"Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir por tu trabajo"

El aguador le contestó: "Cuando regresemos a casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino". Así lo hizo la tinaja y, en efecto, vio muchísimas flores hermosas a lo largo de la vereda; pero siguió sintiéndose apenada porque al final sólo guardaba dentro de sí la mitad del agua del principio.

El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Quise sacar el lado positivo de tus grietas y sembré semillas de flores. Si no fueras exactamente como eres, con tu capacidad y tus limitaciones, no hubiera sido posible crear esa belleza. Todos somos vasijas agrietadas por alguna parte, pero siempre existe la posibilidad de aprovechar las grietas para obtener buenos resultados."