miércoles, enero 20, 2010

EL BURRO Y EL POZO
Había una vez un burro que vivía en una finca cafetera colombiana.
Trabajaba duro cada día, ayudando al granjero a cargar sus productos.
Un día el burro resbaló con una piedra suelta y cayo en un hoyo profundo.
El granjero y sus trabajadores se agruparon alrededor del hueco y quedaron sorprendidos al ver que el burro había sobrevivido a la caída. Sin embargo, el hoyo era tan profundo y sus paredes tan empinadas e inestables que ninguno de los hombres se atrevía a bajar para salvarlo. Decidieron dejarlo allí hasta que muriera.
Mientras se alejaban, el rebuzno frenético del burro se hizo insoportable y decidieron acabar con su desgracia. Comenzaron a lanzar tierra dentro del hoyo para sepultarlo. Cuando el burro vio la tierra cayendo sobre él se la sacudió un poco, apisonándola en el suelo con las patas. Los campesinos continuaban paleando arena y el burro seguía apisonando con las patas la tierra debajo de él. Poco a poco, la tierra debajo de los cascos del burro comenzó a amontonarse, acercándolo más y más a la boca del hoyo.
Después de un rato, el granjero y sus hombres se dieron cuenta de lo que el hábil burrito estaba haciendo, y comenzaron a palear más y más rápido, ya no para sepultarlo, sino para ayudarlo a subir y salir del hueco. Cuando la tierra se apiló, casi llenando el hueco, el burro subió a la superficie.

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